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domingo, 21 de marzo de 2010

DESENCANTO
















De tu calle, tu aroma y tu pisadas.
De tu puerta, el lugar donde bebimos
el seductor perfume de los dioses.
Todos los cielos con los que soñamos.
Los frutos más jugosos de los que comimos

Hoy de aquel huerto sólo quedan
luna entre nubes,
ausencia, soledad y el olvido.
Quimera de las sombras
es hoy el sol de aquellas ilusiones
de las que antaño sedientos estuvimos.
La piedra clave y los sillares
del viento en que volamos, arena y polvo son
por donde voy sin rumbo fugitivo
en busca del misterio que responda
por qué salió la noche a mediodía
por qué dejamos apagar el vino.

Cansado de subir tantas caídas,
si nunca volveré a pisar tu calle,
ni habrá una torre para hacer el nido,
a qué este empeño por beber la savia
que se agotó una tarde, ya hace tiempo,
cuando al miramos no nos conocimos.

sábado, 13 de marzo de 2010

TIERRA DE INDEFENSOS


Aquí hubo un terremoto
de siete coma no se cuánto
hace más de dos meses.

Otra vez sale el sol, pero hay basura a espuertas.
La aurora grita en la ventana
que es sólo un agujero desde entonces.
De nuevo el gallo canta
ahora en un corral lleno de escombros.
La vieja gata abre su boca, da un maullido largo,
y espía el basurero que huele a camposanto.
Famélicos ratones,
afilaron colmillos, y crecieron
hasta llegar a ratas dictadoras.
Se despereza el perro
en la garita derribada,
mira con ojos llenos de preguntas,
y aguarda, sin repuesta, la voz de un dueño
inexistente.
Pero también aquí hubo un hombre
que hasta ayer uncía su ganado,
cuando aún el sol estaba ausente,
para salir a despertar la tierra,
y hoy solo puede arar
la desmesura del desastre.
Aquí también un niño
exigía impaciente la fuerza salvadora,
y una mujer se la entregó
hasta cegar la ausencia de su fuente,
porque no había más luz para esa noche.
Después, cuando esa madre,
sólo pudo abrazar
a la inerte y fría sangre desgajada ,
ya todo quedó oscuro.

Y yo, que desconozco
quién falla las sentencias sin fiscales,
a ése, a quien proceda,
al martillo de juez irrevocable,
quiero hacer esta pregunta
por si el aire detiene alguna vez,
el furioso y brutal golpe
de su mazo:
Cuando ha quedado muda la esperanza,
las lágrimas calientes se congelan,
el abrazo es la sed que agota la intemperie,
en esa tierra de indefensos,
¿Dónde tiene el refugio la justicia?


Felicidades EMILIO


Mi felicitación más efusiva, amigo Emilio, por tu premio. Personalmente me siento doblemente emocionado ya que el premio lleva el nombre de un poeta con el que me he identificado desde que comencé con la poesía: Blas de Otero. De sus duros, furiosos y trascendentes sonetos me empapé de joven y aún me siguen conmoviendo. Emilio, felicidades. Es un honor y un lujo tenerte como amigo y compañero en la Asociación. Tu saber y generosidad son un estimulo. Espero leer tu libro cuanto antes.
Gracias