Páginas

miércoles, 17 de febrero de 2010


TODO PUEDES GOZAR
como la vez  primera,
si en el rescoldo aún arde la ceniza.

Si en el rescoldo aún arde la ceniza,
no importa que la noche codicie estar a oscuras,
porque despertarán, recién nacidas,
las tormentas que te hicieron
tan gozosa la luz de las heridas.

Si en el rescoldo aún arde la ceniza,
te abrigará otra vez, en los mullidos prados,
el tibio sol que fue la melodía
de tantas madrugadas que se fueron
cuando la ausencia, el frío y la sequía.

Si en el rescoldo aún arde la ceniza,
el monte que fue cumbre enhiesta tanto tiempo,
y el valle, tantas veces miel y harina,
volverán al perfume incandescente
para que el fuego llene el surco de la sima.

Si en el rescoldo aún arde la ceniza,
aunque se apaguen
los fértiles caminos en la huída,
se encenderán de nuevo, porque siempre,
queda rescoldo donde ardió la encina.